Recientemente una mujer en la India murió de un ataque al corazón luego de que su esposo se prendiera en fuego y se quitara la vida, después del nacimiento de su hija.
Según un oficial de la policía local, Supriya Das, de 23 años, había dado a luz a una niña en Delhi, pero fue reprendida por su suegra y su esposo, Pran Gobinda Das, porque ellos querían un niño.
El agente afirmó que: “después de repetidas disputas con su esposa”, Pran Gobinda se suicidó prendiéndose fuego, lo que desencadeno en que Supriya falleciera de un ataque cardíaco, ya que al parecer la dama no pudo soportar la conmoción por la muerte de su esposo y las continuas reprimendas por parte de su suegra, tras el nacimiento de la niña.
Los vecinos de la pareja también recuerdan que la suegra de Supriya la regañó por el nacimiento de la niña, diciendo que “es siniestro para una familia”.
Según el Centro Asiático de Derechos Humanos, con sede en Delhi, los prejuicios contra las bebés siguen siendo un gran problema en el sur de Asia. En países que tienen un sistema de la dote matrimonial, como la India, tener hijas puede parecer una “carga económica no accesible” para algunas familias.
Creencias difíciles de erradicar
La obsesión por tener un hijo varón, mejor aún si es el primogénito, parece imposible de erradicar en la sociedad india. Es muy habitual leer en la prensa de ese país, casos de madres maltratadas por sus maridos y familia política por no dar a luz a un varón.
Una encuesta realizada en ese país, reveló que el 90% de las madres indias con algún hijo varón ya no deseaba más descendencia, pero en el caso de aquellas que sólo tenían hijas, el 40% pensaba ampliar su descendencia.
Causas económicas y culturales
Unas 21 millones de niñas en India son “no deseadas” y ven limitadas sus oportunidades en la vida por el simple hecho de que sus padres querían tener un hijo varón, según cifras divulgadas por el Gobierno indio en una encuesta realizada por el movimiento #MeToo contra los abusos sexuales y la desigualdad, y que remite directamente a siglos de costumbres y tradiciones, en los que la mujer ha sido reducida a un objeto de intercambio.
Las causas que impulsan a los indios a preferir un hijo varón a una niña son culturales y económicas. Según la tradición hindú, el ritual funeral de un padre sólo puede ser realizado por un hijo varón.
Por otro lado, la costumbre de que la novia entregue una dote económica en el momento de la boda sigue practicándose, a pesar de haber sido declarada ilegal. De allí que muchas familias consideren una carga tener una hija, y una suerte tener un hijo.
Parece mentira, que aún en este siglo se mantengan esta preferencia social casi “meta-preferencia” por un hijo, que parece casi infundida. La preferencia por los varones es perjudicial para las niñas, ya que sólo por el hecho de nacer, cuentan automáticamente con menos recursos, según datos aportados por encuestas realizadas en ese país.
Ante hechos discriminatorios que han terminado muchas veces en tragedia, activistas de la India sostienen que: “Es hora de que se hagan valer los derechos de las mujeres, no sólo por el sexo, sino por la condición de igualdad de los seres humanos”.
Geraldine Venegas F.