La batalla campal que vive en estos momentos la sociedad dominicana, entre el “cambio” y la “esperanza” es feroz; por un lado, tenemos ese primer término, que en nuestro país nunca significo tanto como en los últimos años, cuando la dignidad y el deseo se fueron consumiendo en cada acto ilícito, cometido por un grupo de malhechores sin escrúpulos y sin condena. Por otro lado, la “esperanza”, ese pequeño deseo de supervivencia, de no morir en el intento, ese rayito de luz que una vez fue pintado de verde, demostrando que hay gente despierta, y el intercambio de “espejito, por oro” ceso.
Aquellos miles de dominicanos fusionados entre estudiantes, profesionales, vendedores informales, emprendedores, chiriperos, agricultores, son los protagonistas del camino que conduce al trabajo digno, fidelizado con ganancias que sustenten su diario vivir.
Quiero creer que no hay rivalidad, y que al final esos sustantivos pueden terminar con la unificación para beneficio de todos, ya que una sin la otra deja un sabor a nada, ¿por qué? la primera viene acompañada de una trasformación de mente, la segunda no puede morir, porque sin voluntad, todo quedara en un círculo vicioso de nunca acabar. ¿Tu, de qué lado estas? La que elijas, requerirá de tu esfuerzo.
Redacción: Clarisa García Adon